El Gobierno británico creará la figura del regulador independiente en el futbol inglés para aumentar el poder del aficionado, evitar situaciones como la creación de la Superliga europea y endurecer las medidas para la compra venta de clubes, en reacción al caso del Newcastle United.
Este regulador tendrá poder para sancionar a los clubes ingleses que quebranten las reglas financieras, dará más poder al aficionado y llevará a cabo un test de dueños y propietarios más estricto que el actual, que fue ampliamente criticado cuando un fondo saudí se hizo con el Newcastle sin que los derechos humanos se tuvieran en cuenta.
Otros casos, como la creación de la Superliga europea, con seis fundadores ingleses, y la quiebra y desaparición del Bury, instaron al Gobierno británico a trazar un plan de reforma del balompié británico. Esto se tradujo en una investigación llevada a cabo por la diputada (ahora exdiputada) Tracey Crouch, con varias recomendaciones para mejorar el estado del deporte.
No existe aún una fecha clara para la implementación de este organismo y el Gobierno apuntó que los siguientes pasos se darán antes de verano.
Entre el resto de recomendaciones que hizo el informe de Crouch destaca la implementación de un sistema que permita al aficionado tener voz y voto en las decisiones importantes de los clubes, lo que asemejaría el futbol inglés al alemán y su 50+1, además de la imposición a los clubes de un impuesto cercano al 10 por ciento en cada fichaje, para sostener la pirámide del balompié británico. Estas medidas, sin embargo, aún son solo recomendaciones.
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