Las futbolistas se detuvieron en la cancha a los seis minutos de los partidos del miércoles en la National Women's Soccer League y enlazaron los brazos, formadas en un círculo, para demostrar su solidaridad con dos exjugadoras que acusaron a un destacado entrenador de acoso y otras conductas indebidas.
Los actos de protesta se produjeron durante los partidos entre el Gotham FC y el Spirit de Washington de Filadelfia y entre el Courage de Carolina del Norte y el Racing de Louisville.
"Esta noche, reclamamos nuestro lugar en la cancha, porque no dejaremos que nos arrebaten la alegría", advirtió la Asociación de Jugadoras de la NWSL en un comunicado publicado el miércoles por la noche. "Pero esto no es para que las cosas sigan como de costumbre".
La liga acababa de volver a las canchas después de suspender los partidos del fin de semana pasado mientras se asimilaban las acusaciones lanzadas el 30 de septiembre contra el exentrenador del Courage, Paul Riley, que posteriormente fue despedido.
Dos exjugadoras de la NWSL, Sinead Farrelly y Mana Shim, hicieron públicas las acusaciones de abuso, incluida coerción sexual, que se remontaban a hace más de una década. Las acusaciones fueron detalladas la semana pasada en una nota realizada por The Athletic. Riley ha negado haber cometido alguna conducta inapropiada.
Dirigió a las Thorns de Portland de la NWSL en 2014 y 2015, cuando fue despedido por el equipo, que lo había investigado y compartido sus hallazgos con la liga. Riley tomó las riendas del Western New York Flash por una temporada, antes de que el equipo fuera vendido y trasladado a Carolina del Norte en 2017.