El Manchester United negó que los empleados del club permitieran la entrada de aficionados en Old Trafford, lo que degeneró en la suspensión del partido contra el Liverpool, y apuntó que fue "una actividad criminal".
El club inglés emitió un comunicado un día después de que 200 aficionados irrumpieran en el estadio como forma de protesta por la gestión de la familia Glazer, los dueños del club, y su papel en la Superliga europea.
"Ha habido rumores en los medios y en las redes sociales de los que los manifestantes accedieron al estadio por una puerta abierta por empleados del club. Esto es totalmente incorrecto", dijo el United en un comunicado.
"Tras pasar las barreras fuera del campo y el perímetro de seguridad, algunas personas subieron las puertas al final del túnel de Munich (una de las entradas al estadio), forzaron el acceso a la puerta lateral de la grada, antes de abrir una puerta exterior que permitió al resto entrar al campo".
"Una segunda filtración de aficionados se produjo cuando uno rompió una puerta, permitieron el acceso a un ascensor para discapacitados", añadió.
El club apuntó que no castigará a los manifestantes pacíficos, pero que trabajará con la policía para identificar a aquellos involucrados en las actividades criminales, además de imponer sanciones a los que sean abonados del equipo.