Un suceso fuera de lo común sucedió en el partido de la Jornada 32 de LaLiga entre Sevilla y Granada que culminó con un 2-1 a favor de los andaluces.
Y es que el árbitro del partido, Ricardo de Burgos Bengoetxea, añadió cuatro minutos cuando se cumplieron los 90 de tiempo reglamentario, pero el nazareno pitó el final cuando el reloj marcaba los 93', situación que fue reclamada por los jugadores del Granada que pedían se disputara el último minuto del añadido.
Después de unos minutos de dudas, De Burgos Bengoetxea llamó a los jugadores que ya estaban en la grada e incluso algunos ya se habían quitado la ropa, para que volvieran a la cancha a jugar el último minuto en el que no sucedió nada más porque el juego culminó con la victoria para el Sevilla.
Al final del juego, Lucas Ocampos, jugador sevillista, explicó que, en el último minuto, el árbitro le "comentó que el reloj se le había parado", por eso decretó el final del encuentro y luego ordenó que se completara el tiempo que faltaba, una circunstancia que "nunca había visto", aunque "siempre se aprende algo nuevo".
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: LALIGA: BARCELONA VENCIÓ AL VILLARREAL CON DOBLETE DE GRIEZMANN
