Sale poco a las cámaras, sólo para presentar a nuevos jugadores o entrenadores, pero ella es la jefa del Chelsea.
Marina Granovskaia es la directora ejecutiva del club desde hace 10 años, y es la responsable de todo lo que pasa en el equipo. Es la mano derecha del ruso Roman Abramovich y es la responsable, desde la gerencia, de una nueva Final de Champions del equipo de Londres.
Nacida en Moscú hace 46 años, su firma está en todos los convenios comerciales y deportivos. Es de origen canadiense, estudiante de danza y música y licenciada en Lenguas. La apodan la 'dama de hierro' porque es implacable para negociar.
Trabaja con Abramovich desde 1997, en la petrolera Sibneft, y cuando en 2003 compró al club inglés, la hizo su asistente personal. A partir de ahí fue subiendo de puesto hasta el actual.
"Es la mujer más poderosa del mundo del futbol", según The Times, y razones no le faltan.
Tiene fama de apretar en las compras y en las ventas, y para negociar, nadie como ella, aseguran los que han compartido mesas. Aseguran que no le gusta repetir las ofertas, que no está detrás de los agentes o jugadores y espera respuestas concretas a ofertas concretas. Y, sobre todo, rara vez cambia de opinión en algún negocio o transacción.
A ella se le atribuyen la llegada el verano pasado de Werner, Havertz, Ziyech, Mendy y Chilwell, pese a los problemas del mundo debido a la pandemia. Se gastó 247 millones, y con todo y eso, tuvo balance positivo de 37,5 millones de euros. Su gestión fue más que exitosa.
Otro de sus éxitos, es el jugoso contrato que firmó con Nike en 2017, el cual rompió récord en la Premier League. En la firma, se garantizó 66 millones de euros por 15 años, por lo que el Chelsea se aseguró 990 millones hasta 2032.
“Que Marina sea dura en las negociaciones es normal. Las personas que en el futbol hablan de contratos, salarios, transferencias, etc… que consiguen jugadores y los venden tienen el trabajo más difícil”, declaró Thibaut Courtois, antes de irse al Real Madrid.