Un desdibujado Sevilla cayó por 1-0 ante un vertiginoso Salzburgo y se despide de la Champions League. Los "toros rojos" se convierten en el primer equipo austríaco en llegar a los octavos de la máxima competición continental y gran parte del mérito es de sus dos delanteros: Karim Adeyemi y Noah Okafor.
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El Sevilla, que necesitaba la victoria, tampoco creó grandes oportunidades en la primera mitad. Ivan Rakitic fue el primer jugador del equipo andaluz en disparar entre los tres palos en el minuto 34, aunque Philipp Köhn atajó sin problemas un disparo muy centrado desde la frontal.
El segundo tiempo empezó con un cabezazo al travesaño de Munir. Después de un mal despeje de Onguene, Rakitic asistió con la cabeza un centro de Montiel pero el delantero sevillista no logra marcar.
Y a la siguiente jugada el mazazo: tras una recuperación del Salzburgo por la derecha, Aaronson filtró un pase a Adeyemi, que asistió dentro del área a Okafor para mandarla cruzada al fondo de la red en el 50'. El partido dio un vuelco en apenas tres minutos. De un posible 0-1 al 1-0 final.
Aunque el Sevilla no bajó los brazos y buscó su oportunidad, el partido se fue apagando y en el tramo final estuvo más cerca el segundo tanto del Salzburgo que el inicio de la remontada sevillista. El Sevilla se fue de la competición con diez jugadores y con cierta sensación de impotencia, muy alejado de su mejor versión como equipo fiable y competitivo.
Por el lado contrario, el Salzburgo se clasifica para octavos con el equipo más joven de todos los que compiten en la Champions League, con una media de 22 años y con sus dos grandes estrellas Adeyemi, con 19, y Okafor con 21.