El futbol es un estado de ánimo, dijo alguna vez Jorge Valdano, y hoy más que nunca cobra sentido esa frase. La Champions League regresa, esa competencia que nos enamora y que nos hace, por 90 minutos, olvidar los problemas, esos problemas que hoy nos aquejan más que nunca por la pandemia.
Las notas tan características de la máxima competencia de clubes en el mundo volverán a sonar 148 días después. Desde el 11 de marzo que no vemos rodar ese balón con estrellas que tanto nos ilusiona. Por algún momento parecía lejano el que volviéramos a verla, pero hoy es una realidad.
Es cierto que mucho ha cambiado el mundo y el futbol desde entonces. Hoy no veremos gradas llenas ni cánticos o reuniones en bares para disfrutar del nivel de juego más alto. Hoy lo veremos desde casa, y con estadios vacíos, pero con la misma ilusión y pasión de siempre.
Aquel pasado 11 de marzo, la última vez que hubo Liga de Campeones, el Atlético de Madrid dio una de las máximas sorpresas al eliminar en el mismo Anfield al Liverpool. Parecía el juego ideal para hacernos extrañar aún más esta competición. Hoy, a 148 días de ese duelo, el otro equipo de Madrid, se juega la vida ante el Manchester City. Mejor juego para regresar, imposible.
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Las ligas locales en Europa han terminado, la atención se centrará en lo que pase en la Champions, un torneo de por sí ya especial pero que el de este año lo será aún más, por todo lo que ha pasado la humanidad, por los miles de fallecidos a causa del Covid-19 y porque tendrá un formato único, con partidos a matar o morir, en una sede neutral.
Serán 17 días de locura, donde, al menos por este lapso, podremos olvidar un poco los tragos amargos de los últimos meses y disfrutar del mejor futbol del mundo.
