El respeto y el miedo de dos equipos que no querían empezar la Champions League con derrota se impusieron en el tenso empate a cero que protagonizaron el Chelsea y el Sevilla en Stamford Bridge.
Los de Julen Lopetegui sacaron un empate de su visita a Londres en un encuentro en el que fueron mejores, pero en el que les faltó contundencia arriba y clarividencia para romper la defensa de un Chelsea que se negó a llevar la iniciativa y que no tuvo el mando como se le corresponde a un grande como él.
El Chelsea se ha gastado los millones en verano, pero el Sevilla es el actual campeón de la Liga Europa. Había tensión en ambos lados y ahí el Sevilla tiene un gen competitivo del que aún carece el Chelsea de Frank Lampard.
Las respuestas del Chelsea llegaban a través de las carreras de un desacertadísimo Timo Werner, muy poco preciso en el control sobre el césped. Aunque a Lopetegui se le torció el partido con la lesión de Sergi Gómez, que obligó a retrasar a Fernando y a meter a Jordán en el medio, el Sevilla estuvo muy cómodo en la primera parte en Stamford Bridge.
Al Sevilla le hicieron falta 25 minutos para salir del letargo y lo hizo a balón parado, con una jugada ensayada que culminó una volea desde fuera del área de Jordán. Los pocos asistentes a Stamford Bridge contuvieron la respiración mientras la pelota se marchaba rozando el larguero.
Pero el partido se desinfló ahí. Los dos equipos se dieron de bruces con las defensas y esperaron un error del rival para conseguir un gol que nunca se produjo, para comenzar con un punto el Grupo E, provocando un cuádruple empate con Rennes y Krasnodar, que también firmaron tablas.