La Fórmula 1 es un deporte de alto riesgo y desde Jules Bianchi, que falleció en 2015, nueve meses después de su accidente en el Gran Premio de Japón de 2014, ningún piloto ha fallecido. Ello no quita que haya habido accidentes fuertes que le detuvieron el corazón a más que uno.
Sergio 'Checo' Pérez, desafortunadamente, fue protagonista de uno de los accidentes más recientes en el Gran Premio de Mónaco y en el cual fue un alivio ver al piloto salir del auto por su propio pie. Incluso el mexicano pudo regresar solo al paddock y no tuvo que pasar por la revisión médica, ya que, según sus palabras, solo tuvo un golpe en la muñeca.
Sin embargo, cómo terminó el RB20, parece casi un milagro que Pérez Mendoza no hay recibido más daño. Ello demuestra los avances que ha habido en materia de seguridad en la categoría, pues la cabina donde va el piloto es lo único que se mantuvo intacto.
El choque se provocó por un contacto de Kevin Magnussen en su llanta derecha trasera, lo que provocó que el auto girara y se estrellara contra la barrera. El impacto fue con tal fuerza y velocidad, que Checo "rebotó" y cruzó por la pista, por lo que Nico Hulkenberg también lo contactó.
El auto del mexicano siguió avanzando, rozando la barrera, lo que terminó por destrozarle el otro costado y dejó el monoplaza con una sola llanta; curiosamente, la trasera derecha, donde se dio el contacto inicial con Magnussen.