Llegó la hora de que el odio entre Daniel Cormier y Jon Jones se traslade al octágono, pues ambos tuvieron que esperar dos años para volver a verse las caras y disputar una vez más el Campeonato Semipesado de UFC.
Jones vuelve al evento 214 de la empresa de MMA tras un periodo de suspensión por el uso de sustancias prohibidas; en 2015 fue separado tras retener su título frente Cormier. Luego, en 2016 lo volvió a ser castigado tras vencer a Ovince Saint Preux por el consumo de drogas.
“Esta pelea es muy importante para mi legado. Retomar este cinturón pondrá las cosas en una dirección correcta. Estoy orgulloso de limpiar mi vida, creo que una victoria permitiría que los seguidores me perdonen”, explicó Bones en conferencia telefónica.
Por otro lado, al actual monarca Semipesado, Daniel Cormier, no le interesa en lo más mínimo la redención que pueda tener su oponente, pues sólo quiere vencerlo.
“No me importa si cambió su vida. Me da igual si va a la iglesia, lee la Biblia o se va de fiesta todos los días. Lo único que me importa es que llegue el momento de estar en la jaula. Espero que sea tan bueno como siempre”, destacó.
De esta manera, todo está listo para que los aficionados de Anaheim, California, vibren con la adrenalina y el regreso de Jon Jones, quien buscará demostrar que sigue siendo tan peligroso como cuando defendió su fajín por siete ocasiones, aunque en esta ocasión tendrá enfrente a un hombre que lo conoce demasiado bien.
