Una iglesia abandonada en Asturias, España, fue convertida en un ‘skatepark’ por una asociación local que se hace llamar ‘Church Brigade’.
El colectivo lleva cinco años trabajando para que el lugar reciba a los patinadores locales que no pueden practicar al aire libre, debido al clima lluvioso de la región, pues caen chubascos 200 días al año. Diversos artistas aprovecharon el enorme espacio y la iluminación natural que sus ventanales ofrecen, además, el pintor callejero Okuda San Miguel le dio vida a los murales de la que algunos conocen como la ‘Sixtina del Skate’.
“Estaba en ruinas cuando empezamos el proyecto. Las paredes estaban manchadas, la pintura estaba despegándose y había polvo por todos lados”, dijo Ernesto Fernández Rey, director de la remodelación.
Hoy, la iglesia cuenta con murales caleidoscópicos llenos de color, rampas de madera, sillones usados y una comunidad de patinadores muy unida.
