Todo pintaba como una fiesta para Francia; el anfitrión aparecía en el Stade de France como amplio favorito para lograr los primeros tres puntos del certamen, y al final, con gran esfuerzo, se llevó el resultado.
Una osada Rumania plantó cara a los galos, que de la mano de Didier Deschamps intentaban dar vuelta a las críticas recibidas en los últimos años; un primer halo de esperanza les adelantó en el marcador.
Tras una primera mitad disputada, con ambos equipos generando peligro, llegó el primer gol. Al 57', ya entrado el complemento, apareció Giroud para rematar con la cabeza y vencer al meta rival, quien veía caer su marco pese a la intensidad de cada uno de sus compañeros.
La 'revancha' llegó al 65', cuando Stancu sacudió las redes desde el punto de penalti luego de ser señalada una falta al interior del área tras una infracción de Evra; el empate lucía meritorio por el esfuerzo de ambos equipos, pero la historia habría de cambiar.
Payet apareció al 89' para sentenciar el duelo. El 2-1 llegaría tras un cañonazo imparable desde las afueras del área, de zurda y al ángulo, que reviviría las ilusiones del anfitrión de cara a la copa que hoy albergan.
