El presidente ruso, Vladímir Putin, volvió a ponerse los patines y saltó a la pista de hockey sobre hielo para disputar el tradicional partido benéfico de viejas estrellas de ese deporte a un mes del inicio del Mundial.
Putin, un gran aficionado al judo y a los deportes de invierno, marcó cinco tantos y dio tres asistencias ante el júbilo de los miles de espectadores que acudieron al pabellón olímpico en Sochi.
El jefe del Kremlin, que suele jugar en el bando de las "Leyendas del Hockey", fue ovacionado cada vez que uno de sus disparos besó las redes.
El año pasado ya había marcado siete goles en un partido que despertó la suspicacias de algunos medios sobre que los rivales no se atrevían a jugar duro contra el presidente.
Al terminar el partido con victoria del equipo presidencial (12-7), Putin firmó varios autógrafos y regaló los palos con su firma a dos aficionados de corta edad.
El presidente, conocido aficionado al esquí alpino, participó por primera vez en este partido benéfico en 2011, pocos meses después de que aprendiera a patinar.
Desde que llegara al poder hace 18 años Putin apenas ha pisado en contadas ocasiones un estadio de futbol, aunque el Kremlin confirmó que presidirá el partido inaugural entre Rusia y Arabia Saudita del próximo 14 de junio en el Luzhnikí.
