El futbol entrega historia de superación de jugadores a los que el deporte les entregó una nueva oportunidad de vida lejos de las carencias, incluso algunas pueden resultar tan dramáticas como la de Alexandro Bernabei, lateral izquierdo del Lanús, quien tuvo que comer palomas para alimentarse.
El entrenador granate Luis Zubeldía le ha dado la oportunidad de demostrar su talento y con 19 años y apenas cuatro partidos en el primer equipo ya se ha hecho notar marcando un gol en su debut contra Talleres y ganándose la titularidad.
Bernabei nació en la provincia de Santa Fe, a 400 kilómetros de Buenos Aires, capital de Argentina, y desde su nacimiento se enfrentó a retos complicados, pues tuvo que vivir con sus abuelos desde los seis meses y ante las carencias pasaba días sin comer y tenía que salir a la calle para bañarse. “Mi mamá no podía darme de comer porque no tenía dinero. Entonces todas las noches tomaba mate cocido con pan duro de dos días pasado. A veces ni comía directamente. Me bañaba dentro de un fuentón”.
En todo momento su abuelo siempre estuvo a su lado, pero la necesidad de alimentarse le obligaba a comer palomas e iguanas que él mismo cazaba. “Yo era muy callejero, salía del colegio y no volvía hasta las 23 horas. Mi abuelo me retaba (regañaba), pero yo me iba a cazar a pescar por ahí. Cazaba palomas, iguanas o pescaba, obvio que después a la noche comíamos eso”, contó
Regresó con su madre a los 11 años, pero las dificultades para Bernabei continuaron, por lo que tuvo que buscar la manera de obtener dinero. “A los 11 fui a vivir con ella (su mamá) al campo y aprendí muchas cosas. Trabajaba ordeñando vacas, descargaba bolsas de arena y cemento. Éramos 15 en casa y yo tenía que conseguir plata para que comieran mi mamá y mi hermana”, recuerdó el defensor en entrevista para el diario Olé.
Llegó a la pensión de Lanús a los 13 años gracias al impulso de su abuelo, quien ha sido su mayor motivación a lo largo de su vida, por lo que ahora es el jugador quien cuidará de él.