Las historias de éxito en el mundo deportivo son recordadas para toda la vida; sin embargo, del otro lado de la moneda, las de fracaso, las de lucha, las de complicaciones y adversidades, son las que se quedan en la mente y corazón de los aficionados y la de la rusa Elena Gouliakova es una de esas historias. Una estrella del patinaje ruso, que vino a México a ayudar a los atletas, que cambió la forma de ver las disciplinas invernales y que ahora, muy lejos de la gloria, convive todos los días con dolor, sufrimiento y el abandono.
Gouliakova, fue una estrella del patinaje ruso, que en los años 90 tomó relevancia junto con su pareja y esposo, Nikolay Suetov y que a principios de este siglo, decidieron venir a México a buscar una nueva aventura, pero la vida les jugó en contra y él está desaparecido y ella deambula por las calles, con ropa sucia y rota, pasando hambres y con cero comunicación con la gente.
En redes sociales se han hecho virales varios videos donde se ve a la mujer vagando en calles de Tepatitlán, en Jalisco, cargando con una carriola donde lleva animales, a los cuales cuida, pero que, como ella, se ven en mal estado. Se le ha visto con perros, gatos, gallos y hasta un conejo. También es común verla dormida en cajeros automáticos y afuera de tiendas o puentes.
¿Quién es Elena Gouliakova?
Se tiene registro que tanto Elena como Nikolay, llegaron a México en 2003 y buscaron trabajo en escuelas o instituciones deportivas en diferentes estados, pero no encontraron nada estable. Se mantuvieron con clases particulares o cursos en deportivos locales, principalmente de Nuevo León.
Para 2005, la pareja por fin recibió una oportunidad y marcaron una pauta en la Federación Mexicana de Patinaje Sobre Hielo y Deportes de Invierno. Trabajaron con los deportistas nacionales de cara a los Juegos Olímpicos de Turín en 2006 y lucharon por conseguir más apoyo y mejorar instalaciones de dicha dependencia.
Sin embargo, y de acuerdo a varias notas periodísticas y reportes locales en Nuevo león. Elena comenzó a sufrir problemas de ansiedad y trastornos mentales que fueron perjudicando su carrera y su vida personal, a tal grado que su esposo la dejó y a partir de entonces, comenzó su viacrucis.
Desapareció del ojo público por varios años, hasta que en 2013 apareció internada en el área psiquiátrica del penal de Topo Chico, sin conocer los motivos de su arraigo. Estuvo unos meses tras las rejas para después quedar libre y volver a las calles.