Nueva Delhi, la capital de India, alcanzó una temperatura récord de 52.3ºC, según el Departamento Meteorológico de India. Se advierte a la población sobre los riesgos de una ola de calor sin precedentes.
La temperatura en Nueva Delhi superó los 50ºC, estableciendo un nuevo récord nacional y generando una alerta roja de salud emitida por el DMI. Existe una alta probabilidad de sufrir enfermedades por calor y golpes de calor en todas las edades.
En India, las altas temperaturas son comunes en esta época del año, pero el cambio climático ha hecho que las olas de calor sean más prolongadas, frecuentes e intensas. Esto ha llevado a que la gente prefiera quedarse en casa y ha afectado a los vendedores ambulantes, como Roop Ram, quien ha tenido dificultades para vender sus productos. Además, la demanda de electricidad ha alcanzado un récord debido a la necesidad de buscar alivio del calor.
Las autoridades de Nueva Delhi redujeron el suministro de agua en algunas zonas debido al calor y advirtieron del riesgo de escasez. La ministra del Agua, Atishi Marlena, informó que se redujeron los suministros a la mitad en muchas áreas para abastecer a zonas con escasez. La capital depende de los estados vecinos de Haryana y Uttar Pradesh para obtener agua, ya que el caudal del río Yamuna disminuye durante los meses más calurosos. En Pakistán, la provincia de Sind registró una temperatura récord de 53º el domingo.
El Departamento Meteorológico de Pakistán pronostica una disminución en la temperatura a partir del miércoles, pero advierte de más olas de calor en junio. En India, los estados de Bengala Occidental y Mizoram fueron afectados por fuertes vientos y lluvias debido al paso del ciclón Remal, que dejó al menos 65 muertos en Bangladés e India. El Departamento Meteorológico de Bangladés atribuyó la excepcional duración del ciclón al cambio climático.
¿Por qué el cambio climático provoca más calor?
El cambio climático provoca más calor debido al aumento de gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono, en la atmósfera. Estos gases atrapan el calor del sol, impidiendo que escape al espacio, lo que incrementa la temperatura global. Las actividades humanas, como la quema de combustibles fósiles y la deforestación, intensifican este efecto. Como resultado, las olas de calor se vuelven más frecuentes e intensas, afectando a diversas regiones del mundo y aumentando la incidencia de temperaturas extremas.