El gobierno de Honduras impuso un toque de queda y suspendió varias libertades individuales tras las protestas y disturbios que se presentaron en el país en los últimos días por la demora en el conteo de los votos tras las elecciones presidenciales, pues los dos candidatos se declararon vencedores.
Mientras se esperan los resultados definitivos de las elecciones, cientos de manifestantes salieron a las calles y se enfrentaron con policías, que intentaron dispersar a los ciudadanos con gas lacrimógeno y chorros de agua.
El gobierno prohibió la libre circulación de las personas en todo el territorio nacional de las 6 de la tarde a las 6 de la mañana, con excepciones de trabajadores de emergencias, observadores nacionales e internacionales y transportes de carga.
“El toque de queda es para salvaguardar la seguridad del país. Este es el momento en el que el pueblo se sienta respaldado por sus fuerzas armadas y su policía, porque no es posible que alguien se dedique a saquear o a robar", manifestó el presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, quien busca la reelección.
La medida establece que las Fuerzas Armadas apoyarán de forma conjunta o individual, cuando la situación lo requiera, a la Policía Nacional para mantener el orden y la seguridad y garantizar el ejercicio de los derechos democráticos de la población. Las autoridades podrán detener a toda persona que se encuentre circulando fuera del horario indicado y a los sospechosos de causar daños a personas y bienes, así como de asociarse para cometer hechos delictivos.