En un auto viejo, una coladera o caminando por la calle, Gilberto Hernández ve la vida pasar en espera de que alguien le ayude a recobrar sentido a su vida.
Hace más de un año, Gilberto fue despojado de su casa por un conflicto legal, y ahora vive frente a lo que fue su hogar en un carro viejo y descompuesto, y a veces duerme en las coladeras de Avenida Churubusco.
El Señor Gilberto junto al automóvil donde algunas veces pasa la noche|JORGE CORDERO
Una mañana llegaron granaderos de la SSP a la calle Paz Montes de Oca 113, colonia General Anaya, para desalojar a su familia.
Herrero de oficio, Gilberto contó que pagó un millón de pesos por el predio, pero al fallecer la dueña, la casa quedó intestada y tanto su abogado como el albacea desaparecieron con el dinero y los papeles.