El robo de combustibles de depósitos y ductos estatales en México alcanza un equivalente anual de 3 mil millones de dólares y ha contado con la complicidad de empleados del gobierno, dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador.
No sólo los ladrones han saqueado gasolina y diésel de los ductos, afirmó el mandatario. Los empleados de la empresa petrolera Pemex también lo han robado y distribuido, o ayudado a los ladrones al asegurarse de que el combustible continúe fluyendo por los ductos, agregó.
La Fiscalía General de la República dijo que se han iniciado investigaciones contra tres empleados de Pemex por su probable participación en el delito.
Aunque los ladrones perforan al menos 42 tomas ilegales por día para robar combustible, esto solo representa el 20% de las pérdidas, afirmó el mandatario. El resto presumiblemente fue robado con camiones cisterna que salieron de centros de distribución.
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“Hay la hipótesis de que, de todo el robo, solo el 20 por ciento se da con la ordeña de ductos, que es una especie de pantalla, que la mayor parte tiene que ver con un plan que se opera con la complicidad de autoridades y con una red de distribución”, afirmó el gobernante.
López Obrador afirmó que gran parte del combustible robado sale de los centros de distribución en unos 600 camiones cisterna diarios, y su valor alcanza unos 10 millones de dólares por día.
“Si pensamos en 600 pipas (camiones cisternas) diarias, no estamos solo hablando del llamado ‘huachicol’, la ordeña de ductos; estamos hablando de un plan que tiene vinculación al interior del gobierno y que se apoya en un sistema de distribución de combustibles, porque no es fácil distribuir, vender 600 pipas diarias de gasolina”, afirmó el presidente.
Los militares participan en un nuevo plan para vigilar los depósitos de distribución.