La Comisión de la Verdad y la Reconciliación de Corea del Sur ha dado a conocer que, entre las décadas de 1960 y 1990, más de 170,000 niños fueron enviados al extranjero para ser adoptados, siendo muchos de ellos falsamente identificados como huérfanos.
El informe, mencionado por la BBC Mundo, denuncia que el Estado surcoreano no solo permitió, sino que también facilitó la salida de estos menores con documentación falsificada o distorsionada, omitiendo información clave sobre su identidad y su origen familiar. En numerosos casos, los padres biológicos de estos niños continuaban vivos, pero nunca volvieron a ver a sus hijos.
“Más del 60% de los padres adoptivos recibieron información incorrecta sobre el significado y el impacto de la adopción”, señala el informe.
Kim Do-hyun, director de Root House, calificó las adopciones internacionales como "desapariciones forzadas", afirmando que los niños no fueron perdidos por sus padres, sino que fueron forzosamente desaparecidos. Según él, tanto los niños como sus familias de origen son víctimas de un sistema que prioriza las cifras de adopción sobre los derechos humanos.
El informe es crucial para la justicia y reparación de personas adoptadas en el extranjero, subrayando la implicación del gobierno surcoreano en una polémica ola de adopción internacional.
