El jefe de Gobierno, Martí Batres Guadarrama, anunció que buscará derogar el artículo 159 del Código Penal de la Ciudad de México, que sanciona con prisión a quien contagie alguna enfermedad grave por relaciones sexuales.
Durante la presentación del Quinto Informe de Gobierno ante el Congreso de la Ciudad de México, el mandatario anunció 25 acciones a realizar en los siguientes 100 días, entre ellas, esta reforma.
“Quiero esto planteárselo al Congreso de la Ciudad, que lo impulsemos juntos, derogar el Artículo 159 del Código Penal para terminar con la criminalización de las personas con Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH)”, dijo.
Actualmente, el Código Penal de la Ciudad sanciona de tres a 10 años de prisión, y con 50 a dos mil días de multa, a quien con conocimiento transmita una enfermedad grave por relaciones sexuales "u otro medio transmisible".
“Si la enfermedad padecida fuera incurable, se impondrá prisión de tres meses a 10 años, y de 500 a dos mil días de multa. Este delito se perseguirá por querella de la víctima u ofendido”, dice el artículo 159.
De enero a agosto de este año, la fiscalía general de Justicia capitalina abrió 13 carpetas de investigación por el delito de peligro de contagio, una menos que las registradas en el mismo periodo, pero de 2022.
En noviembre de 2021, el diputado local de Morena, Temístocles Villanueva, presentó una iniciativa para eliminar el Artículo 159 por discriminar a personas con VIH, pero a la fecha no ha pasado a pleno para ser votada y avalada, en su caso.
Las consecuencias de la discriminación
El estigma y la discriminación hacia las personas que viven con el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), entre varios aspectos, repercute en el acceso a los servicios de salud para la prevención, detección y atención médica.
El Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH y el Sida (Censida), señala en la publicación “Estigma y discriminación relacionados con el VIH”, que “existen poblaciones clave que diariamente experimentan estigma y discriminación basada en su estado real o percibido de salud, raza, nivel socioeconómico, edad, sexo, orientación sexual, identidad de género, entre otros”.
Con dichos sectores se refiere a “los hombres que tienen sexo con otros hombres, las personas que se inyectan drogas, las personas trabajadoras sexuales y las personas trans”.
El organismo explica que, en ocasiones, el estigma y la discriminación también se ven reflejados en acciones de evitación y rechazo en la familia, la escuela y el trabajo.
“Estas actitudes pueden impactar de forma negativa el bienestar, la salud mental de las personas e inclusive afectar los derechos humanos”, afirma el documento
Además, detalla que en las comunidades se encuentran ideas erróneas referentes al VIH como que se asocia con la muerte, a comportamientos que algunas personas desaprueban (homosexualidad, uso de drogas, trabajo sexual, infidelidad, etcétera), que solo se transmite por vía sexual, y que es el resultado de la irresponsabilidad o la promiscuidad, por lo que merece ser castigada.
Añade que los prejuicios tienen consecuencias negativas como la pérdida del trabajo de quienes lo padecen; rechazo y problemas familiares; limitación de opciones para formar una familia; falta de acceso a servicios de atención a la salud; sentimientos de desesperanza; mayor riesgo de depresión; y trato sin respeto y dignidad a la persona que vive con VIH.