Arrancó la corta aventura de Ferretti al frente del Tri; primer partido en el cual México aquejó problemas defensivos que siendo Tuca el DT, nadie presupuestó.
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Ahora viene Argentina, rival de jerarquía que podría provocar serios problemas a los nuestros si no son capaces de mejorar sustancialmente.
Sorprende que México vaya a formar con 5 en el fondo, sólo ante circunstancias especiales Ricardo ha recurrido en su longeva carrera a dicha formación. No descarto que la decisión emane del diálogo con los futbolistas, quienes pueden sentir comodidad, afinidad y adaptación al sistema que impuso su antecesor.
También podría ser que el presente del histórico Rafa Márquez le complique a Ferretti jugar con 4 como acostumbra. Si bien es cierto que así juega con su club, la jerarquía, alta capacidad del rival para desequilibrar y letal pegada pudo orillar al brasileño a buscar proteger a su capitán.
México se enfrentará a un 4-3-3 dinámico, vertical, desequilibrante y por lo que exhibieron contra Bolivia, contundente. Triángulo en medio con escasa dinámica, pero con alta capacidad para trasladar la pelota e imponer condiciones.
Preocupa, aunque jugarán quienes no lo hicieron el viernes, la escasa capacidad del Tri para escalonarse y solidarizarse en el mano a mano que siempre intentó Trinidad.
Layún y Jiménez o Dueñas serán claves en el duelo directo que seguramente tendrán con los laterales; México tendrá en su capacidad de ampliar la cancha la oportunidad de ganar. Argentina es un equipo con rápidas transiciones, capaz para construir desde atrás y vertiginoso en el último tercio.
Se dice mucho que el vigente DT nacional pondera la tenencia de la pelota, valor trascendental para acceder al control del partido; lo complicado de sus pretensiones es que el rival en turno no concibe el juego sin el monopolio de ésta. Si a la distancia debo pronosticar quién se adueñará del balón, tristemente creo que serán los albicelestes.
Prueba de oro para lo realmente importante, el 10 de octubre. Debería también ser un partido de esos que enriquezcan mucho de cara al sueño mundialista; el no tener líder para encabezar dicha expedición, hace que jugar contra el subcampeón del mundo vaya a ser, tristemente, sólo una anécdota.