La historia nos obliga a no pronosticar nada en partidos como éste. Suele seguido, como lo es hoy, existir un amplio favorito; América lo es en esta edición, sin embargo, en 90 minutos, todo puede pasar.
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¿Vendrá Chivas a jugar de tú a tú? ¿Ejercerá presión en campo ajeno? ¿Intentará Almeyda amarrar con sus extremos a Zamudio y Aguilar? ¿Soltará a sus laterales, exigiéndoles que vayan con frecuencia?
En las respuestas a dichas preguntas radica principalmente la posibilidad de que el partido cumpla con las expectativas.
América mantendrá lo que hasta ahora convenció a todos. Línea de cuatro en defensa con laterales ofensivos, agresivos y atrevidos. Volante central (Güémez) con capacidad para meterse como tercer central, dinámica, buen quite y fuerza. Segundo contención (Martínez) con claridad en la entrega, calidad para fungir como enganche y solidaridad en la recuperación.
Volantes extremos con gol, amplitud, desequilibrio e inteligencia, para vía sus diagonales ocupar espacios por dentro que permitan a sus laterales pasar con alta frecuencia.
Ante la ausencia de Benedetto, segunda punta, que creo será Quintero, con libertad absoluta para moverse por todo el frente de ataque, y Peralta quien trabajará como ‘9’ nominal.
Orden, equilibrio, agresividad, inmediata reconversión, alta presión y letal pegada son las distinciones máximas de los dirigidos por Ambriz.
Chivas formará con cuatro, buscando que López vaya con frecuencia y Ponce lo haga cuando se pueda. Sambueza difícilmente seguirá a Raúl, pero las rápidas transiciones del local pueden meter en problemas al Rebaño. Si el ‘Dedos’ va y Rubens no vuelve, Chivas podría tener superioridad numérica con Fierro, pero si la pierde con López pasando al ataque, Salcedo y Alanís, sufrirían mucho.
La gran duda es qué hará Matías para suplir a Fabián. A Marco, apenas llegó Almeyda, lo hizo jugar donde mejor lo hace. Hoy su 4-2-1-3 no tiene a ese ‘1’ que genere futbol y asuma el rol protagónico en la cancha que espera del enganche.
Fierro será clave, claramente vimos en su debut que el argentino le exigió a Carlos jugar pegado a la banda. La absoluta amplitud de Ramírez y Fierro provoca que Chivas genere por dentro espacios que pueden ser letales para América; a ver cuál de los contenciones y quien elija como media punta es capaz de aprovecharlos.
Intensidad, amplitud, frescura, dinámica, solidaridad, agresividad y motivación por partir como víctimas, son las fortalezas de Chivas.
Sabemos que uno de los motivos principales que convierten un partido en atractivo o trabado, es la propuesta del técnico visitante. La forma en la cual Almeyda concibe el juego, nos hace soñar con un Clásico Nacional de ida y vuelta, constantes llegadas y goles.
Los futbolistas tienen la última palabra.