Con respeto para una longeva, exitosa, y poseedora de la mejor afición franquicia, nunca en la historia del futbol mexicano despertó tanto interés la visita de Tigres al Azteca; menos, si lo que disputa es un partido de temporada regular.
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Los dirigidos por Ferretti tienen, sin duda, el mejor plantel del país; es cierto que su rival más odiado y el que hoy le hace los honores, también tienen materia prima suficiente para exigirles ser protagonistas; sin embargo, las variantes con las que cuentan los felinos son mayúsculas.
Conocemos perfecto al actual entrenador nacional, mañana priorizará el orden, formará 4-4-1-1, pretenderá siempre estar protegido y obligará a sus volantes por fuera en ataque, a ser amplios y profundos, en defensa, a rebasar la línea de la pelota; exigencia que puede desgastarlos y alejarlos de la potencia que requiere llegar con piernas al último tercio.
El partido para Tigres está ahí, en la capacidad de Aquino y Damm para superar en el duelo directo a quienes formen como laterales por el América.
Una vez accediendo con claridad a campo ajeno, los del norte buscarán en Sobis y Gignac, quien me parece es de otra Liga, acceder al gol.
América es sólido, intenso, agresivo, equilibrado y contundente. Curioso, todas esas virtudes que mencioné, en los dos primeros partidos, eran los distintivos que prevalecían en la descripción del América; apenas completó plantel y pudo Ambriz plasmar su idea, las injustificadas, crueles, severas y resultadistas críticas, se extinguieron.
Partidazo en el Azteca; América, porque su historia lo exige, debe salir a ganar. Tigres, porque aunque Tuca los amarre, termina la calidad y características de sus futbolistas, imponiendo un juego contrario al que pretende su DT.
El 4-4-2 de las Águilas termina cuando atacan siendo un 4-1-1-4, Osvaldo que rompe para fungir como enganche, Andrade y Sambueza que pasan a ser extremos complementados por Benedetto y Peralta.
La mitad de la cancha luce en el papel más sólida para Tigres, Arévalo, Pizarro y Dueñas tendrán dos lugares en el once, quien quede fuera, deberá esperar tener ventaja para ser tomado en cuenta.
Ambas escuadras tendrán en su banca revulsivos que cualquier otro equipo consideraría indiscutibles, eso y los 22 que arranquen, me obligan a concluir que pese a la irregularidad que distingue a nuestro futbol, lo de las 17:00 horas en Santa Úrsula, es una final adelantada.
