Luis Castillo
Jefe y coordinador de contenidos en la Octava Sports | Radio Centro, que pone al alcance información detallada del futbol mexicano.
Fracaso gigantesco
Tras el primer día de los Cuartos de Final tenemos dos conclusiones y las grandes selecciones de Sudamérica son las protagonistas de ellas.
Brasil quedó fuera de la Copa del Mundo y alcanzará su racha más larga sin ser campeón: 24 años. De 1970 a 1994 la Verdeamarela tuvo un período de sequía y ahora, si no son monarcas en 2026, tras haberlo sido en 2002, llegarían a 28 años sin ser coronados.
Pero no nos adelantemos. Brasil fracasó en este Campeonato del Mundo y lo hizo perdiendo por quinta vez consecutiva ante un equipo europeo. No logra vencer a una Selección del Viejo Continente en partido de eliminación directa desde la Final de Corea-Japón 2002.
Este equipo que bailaba samba por toda la cancha y que deslumbraba con grandes delanteros ha caído ante un conjunto que todavía es plebeyo en la historia de los Mundiales. Sucumbió contra Croacia. Y claro que hay que celebrar y encumbrar lo que ha hecho el equipo balcánico, pero también hay que poner en su lugar a la Canarinha, que llegaba como la candidata número uno para levantar la Copa y parecía que el Hexacampeonato se asomaba en el desértico horizonte catarí.
Fue un partido complicado, un choque que se llevó a los tiempos extra y ahí apareció Neymar para adelantar a Brasil. Sin embargo, con base en la lucha, en la garra y en una pasión incesante, los croatas, quienes están acostumbrados a las adversidades, lograron empatarlo y el ánimo brasileño desapareció de la cancha y de las gradas.
Ahí es cuando uno piensa que las grandes figuras tienen que aparecer y si bien Neymar llegó a 77 goles con su Selección, igualando a Pelé, volvió a dejar claro que más allá de la magia, la gambeta y la calidad que tiene como futbolista, el rol de líder no es para él.
No es ese gran capitán, no es ese personaje que acomoda su gente y la calma en los momentos de mayor nerviosismo. Neymar quiere llevarse a tres rivales, tirar una elástica o una bicicleta, pero no ha estado a la altura para convertirse en el líder que el futbol brasileño necesitaba.
Ya son tres Mundiales para Ney y probablemente ya jugó su último partido en la Copa, pero la historia tendrá que juzgar a uno de los brasileños más habilidosos y que más magia tenía en los pies. Ese mismo brasileño no logró nunca tomar la responsabilidad del Scratch Do Oro y, una vez más, le ha fallado a su país.
NO SÓLO AVANZÓ CON FUTBOL
Paralelamente a esta historia de fracaso brasileño, el otro gran protagonista de Sudamérica sí cumplió. Argentina logró avanzar a las Semifinales. La Albiceleste sí tuvo un líder, sí tuvo a un hombre en el cual postrar las esperanzas de los 45 millones de argentinos que estaban con el corazón en un hilo.
Es cierto que la Scaloneta sufrió durante grandes lapsos del partido, les anotaron el empate al minuto 101 y había que reponerse desde lo anímico. A pesar de eso, el dramatismo imperó hasta llegar a los penaltis, en los que Lionel Messi cumplió con lo que se esperaba de él, pero la gran figura fue Emiliano Martínez.
El Dibu atajó dos penaltis para llevar de vuelta a la Albiceleste a una Semifinal después de ocho años. Un portero que saltó a la fama hace no mucho, en una tanda durante la Copa América 2019, ante Colombia. Con su juego mental y su palabrería retadora fue el factor para el triunfo de los suyos y hoy, ahora en el Mundial, volvió a serlo.
Ya están en Semis, pero sigue dejando la sensación de que Argentina no juega como ese equipo poderoso y que sus jugadores no están a la altura de la grandeza de Messi. Claro, eso es prácticamente imposible, pero uno quisiera ver un equipo que vaya acorde con la calidad de su historia. Pero la realidad es que nadie puede decir nada porque Argentina sufre, Argentina no juega tan bien como otros, pero Argentina sigue ganando y sigue avanzando.
Se acerca la tercera para la Albiceleste, sólo está a dos victorias de ella.