El inicio de la Copa América y la competencia en sí misma representan un alto desafío para la gestión de Jaime Lozano rumbo a la próxima Copa del Mundo. Aún faltan dos años para la justa mundialista, pero hay una gran prueba en Estados Unidos durante este verano.
Jaime ya dijo que la Selección Mexicana viene a competir a la Copa América, a ser parte de los animadores del torneo. eso le tiene que dar responsabilidades al equipo: a sus jugadores y a todos y cada uno de los personajes que van a participar en el torneo.
A pesar de esa contundente declaración de Lozano, en las que abraza una especie de responsabilidad por tener una actuación decorosa y digna como no lo vemos por parte del Tri hace muchos años, Edson Álvarez apareció como el líder de la Selección Mexicana para decir que no tienen que callar la boca de nadie, que deben demostrarse a sí mismos la capacidad que tienen como futbolistas y como grupo, rechazando de alguna manera la crítica y señalamientos de sabotaje que han emitido muchos colegas de los medios de comunicación.
Lo interesante de toda esta historia, en esta Copa América, es que la Selección Mexicana encuentra un estado homogéneo con la opinión del entrenador, pues no sólo es una participación más, sino una misión de intentar ganar la Copa América por primera vez en la historia del futbol mexicano.
Álvarez, el gran líder de esta Selección, el heredero de aquellas generaciones y quien ha vivido en carne propia durante los últimos años con el Tri, confirma la unión y el buen grupo que se tiene al interior. Ese mensaje es fantástico y espectacular al tener una narrativa que se cuenta como fantasía para algunos, pero que para esta Selección Mexicana, que ha sido tan golpeada y tan criticada, se convierte en la oportunidad de demostrar valía, calidad y ponerle un alto a aquellos que han dicho que esta es la peor generación en décadas.
Ahora lo que debe pasar es demostrarlo dentro de la cancha. Ya vimos un respaldo por parte de los jugadores, una idea muy clara emitida por Jaime Lozano, pero debemos verlo en el terreno de juego, pues de nada servirá ser valiente si no tenemos resultados.
Ojalá que veamos una Copa América histórica para la Selección Mexicana, que el futbol nacional pueda abrazar el éxito, apagar la crítica al entrenador nacional y que haya claridad en nuestro lado de la cancha.