Los Dodgers son el primer equipo en la historia de la MLB con una nómina que supera los 300 millones de dólares. La sequía de títulos que está cumpliendo 27 años, ha llevado al nuevo grupo de propietarios a conformar una escuadra con mucho talento, pero también muy costosa, para la que cualquier otra cosa que no sea el título de la Serie Mundial sería un rotundo fracaso. Y aunque Don Mattingly y los suyos están al frente del Oeste de la Nacional y con poco más de 85% de probabilidades de acceder a los Playoffs, la recta final pinta con algunas interrogantes para el equipo de Los Angeles.
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De entrada, la ofensiva no termina de encontrar la consistencia y está a media tabla en cuanto a carreras anotadas dentro de la Liga Nacional. Y aunque los Cardenales de San Luis han sido capaces de convertirse en el mejor equipo de todo el beisbol con la quinta ofensiva menos productiva en dicho sector, no deja de llamar la atención que en los últimos 10 días, los Dodgers hayan sido víctimas de juegos sin hit ni carrera de parte de Mike Fiers, de los Astros, y Jake Arrieta, de los Cachorros. Porque si bien es cierto que se trata de dos derrotas y nada más, es innegable que ser dominados de forma tan contundente en fechas tan cercanas puede tener un efecto devastador de cara al último mes de la campaña. Para fortuna de esta novena, su staff de lanzadores encabezado por Kershaw y Grienke los convierte en el quinto equipo que menos carreras admite en Grandes Ligas, lo que les da un diferencial de carreras que los ubica dentro de los mejores ocho del circuito, en compañía, casi sin excepción, de escuadras que tienen altísimas posibilidades de clasificarse a la postemporada.
Por otra parte, hasta antes del duelo de anoche, tienen marca de tan sólo 3 ganados y 9 perdidos ante los Gigantes de San Francisco. Los campeones prácticamente se han quedado sin opciones de pelear por un boleto como comodín, y tendrán que buscar echar fuera a sus archirrivales y ganar el Oeste para acceder a los Playoffs. San Francisco no pasa por su mejor momento, pero son un equipo que sabe ganar en septiembre y que parece tenerle tomada la medida a los Dodgers. Con cinco partidos más entre estas dos escuadras, ninguna ventaja parece suficiente para que los aficionados angelinos duerman tranquilos.
Finalmente, suponiendo que consigan mantener la ventaja y se clasifiquen, entre ausencias y bajas de juego hay muchas interrogantes en torno a las posibilidades de competir ante el resto de los equipos que vayan a representar a la Liga Nacional en la postemporada. San Luis, Pittsburgh y Cachorros lucen muy sólidos, mientras que los Mets parecen haber encontrado la consistencia a la ofensiva en el momento oportuno, y todos parecen estar en mejor momento que la novena californiana.
Joc Pederson no ha dejado atrás su mala racha, Yasiel Puig se ha vuelto a lesionar, mientras que la apuesta de Chase Utley no ha terminado de cuajar. Y si recordamos que Clayton Kershaw ha quedado a deber a la hora buena, el panorama no pinta muy alentador para un grupo de peloteros que gracias a las enormes expectativas, pudieran sentir cada vez más presión y terminar quedándose una vez más en la orilla, a pesar de los millones que se han invertido en buscar un desenlace distinto al de los últimos 26 años.
