A diferencia de lo que sucede en la Liga Americana, sector en el que tan sólo hay dos equipos amarrados para jugar en Playoffs y en donde todavía podría haber cambios en la lista final de invitados a la Postemporada, en la Liga Nacional el panorama parece estar mucho más claro de cara a la última semana de temporada regular.
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De entrada, llama la atención que las tres mejores marcas no sólo de la Nacional, sino de toda la Gran Carpa, pudieran terminar en manos de Cardenales, Piratas y Cachorros. Es cierto que Chicago perdió un poco el paso en días recientes y que Mets y Dodgers, así como Toronto y Kansas City, podrían terminar la temporada regular con un récord de ganados y perdidos superior al del equipo de Joe Maddon. Aun así, es un detalle notable que la División Central siga manteniendo la competitividad con organizaciones que trabajan de forma seria y a largo plazo.
Y a reserva de que los Piratas barran a los Cardenales y les arrebaten un título divisional que parecía amarrado hace un par de meses, todo parece indicar que Pittsburgh y Cubs se medirán en el duelo de comodines por el derecho a seguir con vida en una campaña en la que ambas novenas merecerían mejor suerte.
El ganador de este partido que se disputaría el próximo miércoles en el PNC Park, tendría entonces que verse las caras con los poderosos Cardenales que seguramente concluirán el calendario regular con la mejor marca de todo el beisbol, superando la barrera de las cien victorias.
Y aun con ausencias importantes de jugadores clave como Adam Wainwright y Carlos Martínez, y la posibilidad de no poder contar con Yadier Molina al 100 por ciento, creo que la experiencia hará que San Luis sea el favorito en dicha serie divisional.
Sin embargo, estoy convencido que tanto Piratas como Cachorros serían rivales formidables para los Cardenales, y no sería raro que tomando en cuenta lo cerradas que fueron ambas series particulares durante la temporada regular, un equipo comodín se convirtiera, como hace un año, en el caballo negro de los Playoffs.
La otra serie divisional está prácticamente definida. Los Mets y los Dodgers se verán las caras en una reedición de aquella inolvidable Serie de Campeonato de 1988. Los Angeles jugará con la presión de saber que son la nómina más elevada de las Grandes Ligas y que cualquier otra cosa que no sea un título, podría costarle el puesto a Don Mattingly y sería considerado como un terrible fracaso.
Tener a Grienke y a Kershaw, dos sólidos contendientes a ganar el Cy Young de la Nacional, pudiera parecer más que suficiente para ganar una serie corta, aunque ya sabemos la historia del año anterior, además de que los Mets también tienen un sólido grupo de lanzadores que aún sin tener experiencia en postemporada –a excepción del veteranísimo Bartolo Colón– podrían hacerlos un equipo muy peligroso en los Playoffs.
Así las cosas, más allá de cómo terminen de acomodarse los tres clasificados en la División Central, ambas series divisionales de la Liga Nacional pintan para ser apasionantes y muy atractivas. Y aunque pudiera haber muchas victorias de diferencia entre unos y otros, lo cierto es que el camino a la Serie Mundial pinta para estar lleno de retos y convertirse en una prueba formidable para aquella escuadra que termine representando a este sector en el Clásico de Otoño.