MÍCHEL NO SE DEJÓ
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La afición de Pumas está molesta. Y no es para menos, ver a un equipo glorioso en este estado es para preocupar. Pero no al Rector, que está contento disfrutando la cuarentena mientras no hay público en CU que le pueda reclamar, contemplando a la distancia el elefante blanco que es el hotel que le construyó Ares de Parga en los terrenos que la UNAM le cedió al club. Tampoco a Polo Silva, que sólo va la Cantera a saludar a sus amigas y amigos. Al fin, es operador de Graue y mientras el doctor no le pida meter mano, que sigan las cosas como están.
Me aseguran dentro del club que Miguel Robles llegó con mano dura, a poner orden, pero es tan caótico el presente de Universidad que la tiene cuesta arriba. Empinadísima. Ojalá que reaccionen.
LA GOTA QUE DERRAMÓ TODO
Ya se los había adelantado: Míchel no estaba a gusto en el club. Y fallé la apuesta: aseguré la semana pasada que no terminaba el Guard1anes 2020 ¡pero ni siquiera lo empezó! Eso sí, no culpo al español, el único entre la gente de pantalón largo en el club que tuvo congruencia y dignidad. El ú-n-i-c-o.
¿Que tenía problemas con el plantel? Aunque se enojen Iniestra y Dinenno públicamente para quedar bien, es real. El último agarrón fue con Mozo y con Vigón, porque el Míster perdió brújula en los últimos días. Estaba desesperado, inventando y a grito pelado. El aire se puso tan pesado que se podía cortar con un cuchillo. Entiendo que le moleste a algunos que se ventile, pero es la realidad.
La gota que derramó el vaso fue la última plática entre Chucho Ramírez y Míchel. Y el motivo del enojo final tiene nombre y apellido: Juan Manuel Iturbe. Resulta que el Presi deportivo de Pumas le pidió al entrenador que alineara al paraguayo de origen argentino, que está más borrado que el pizarrón de mi primaria. El español le explicó que no contara con eso, pues no lo quiere ver ni en pintura, pues Juancho se pasaba burlándose del ex madridista. Pues Ramírez le recordó que era un activo del club y necesitaban cotizarlo para venderlo, y González le recordó que no aceptaba ese tipo de órdenes. Subieron el tono hasta que cupo la prudencia en el técnico: así, ya no quepo aquí.
CÓMO SE DESPIDIÓ DEL PLANTEL ...PERO NO DE CHUCHO
Miguel González se comunicó con el Rector, le avisó de su decisión de dejar el equipo. Luego se enteró Silva. Lo único que le alcanzó a pedir Graue, a través de la gente del club, fue ayudarles con un video para tratar de bajarle al ruido que esto iba a generar. Y ya vieron los modos en los que lo comunica el Míster. Terminó de grabar, recogió todas sus cosas y se fue ese día de Cantera.
El plantel no sabía la decisión de su entrenador, hasta la mañana siguiente, cuando lo reunió y los sorprendió con dos frases contundentes: “A mí no me van a imponer una alineación”, les lanzó ante el desconcierto. “Ni voy a dirigir a un plantel que no está a gusto”. De puño se despidió de cada uno, luego de la gente del club. No de Chucho Ramírez. Y así, se marchó el español. Con la frente en alto, dejando una granada en manos de los presidentes auriazules.
¿Y A DÓNDE IRÁ?
No le faltan ofertas. Ayer ya se ventiló la del Valencia. Me aseguran que es su prioridad, dirigir en España, ya con su familia. Hace unos meses tenía en la mesa varias de la Segunda División ibérica, incluida una del Oviedo de Carlos Slim. Pero las rechazó.
La que yo pensé que tomaría era la que le llegó de la MLS, del Vancouver. Por eso aposté que se iba pronto. La seguridad económica y el proyecto era mucho mejor que lo que Pumas le daba. Pero Míchel siguió fiel al Club Universidad. Creyó en levantar al maltrecho felino del Pedregal, pero no le hicieron caso y optó por lo más sano.
El PIOJO NO APRENDE
Hay molestia con Miguel Herrera en la alta plana de Televisa, que confió en darle vuelta a la mala imagen del Piojo sin cubrebocas en la Copita. Pues ahora tienen otro problema: amigos y familiares del técnico del América subieron en redes fotos del pachangón que le organizó a una de sus hijas hace una semana, con 35 personas en su casa y sin protección. Si ese es el ejemplo del DT de las Águilas, ¿qué esperamos de los jugadores?
