Ganamos mucho. Aunque las portadas se van a ir con el resultado y la primera Nations League de México, el trofeo no deja lo más valioso: que la Selección de Javier Aguirre encontró al fin identidad, que se comporta ya como contendiente a trascender en el Mundial, como hace mucho no pasaba.
De entrada el 4-4-2 luce como la mejor opción con esos dos en ataque, el gran truco del Vasco, poner a Raúl y Santi. Jiménez está en estado de gracia, el mejor mexicano lejos. Lejos. Lejos. Y a Giménez le falta el gol. Si no llega, hay que pensar en darle más minutos a Quiñones.
Los costados tienen con qué moverle. Chino, Piojo o Alexis. Mostraron chispa y sacrificio como le gusta a Aguirre. Me quedo con Huerta.
En la portería, ya sabemos quién debe ser el titular en el Mundial: no hay espacio para otro que no sea MalaGOD, el heroico, el Caballero de la Noche. Memo podrá ir de tercero y Tala como segundo. El arco es para Luis Ángel.
En la central, nuestro mejor zaguero hoy es Johan, junto a un Montes capaz y oportuno. Eso deja adelante a Edson, otro de los convertidos en referentes. Ojalá que la cabeza se calme, porque Álvarez la pierde muy fácil. Los deben ser titulares. Por las bandas, Gallardo pinta para repetir por izquierda, y por derecha aún está abierto el hueco.
Y la categoría, la clase con la que se paró esta Selección. Encima con una vestimenta que proyecta personalidad. Pequeños detalles que suman. No hay que echar cohetes aún, pero al fin se tiene ilusión en un puño que antes no estaba.