El pasado domingo, la Selección Mexicana de Futbol logró su primer título en la Concacaf Nations League después de cuatro ediciones. Vencieron 2-1 a Panamá en el Sofi Stadium.
En entrevista con los medios el director técnico, Javier Aguirre, declaró entre otras cosas: “Sería muy injusto decir que solamente ganamos por huevos, porque le echamos ganas, ¡Échenle ganas! No. No porque sería faltarle al respeto a los jugadores, porque se hicieron muchas cosas bien. No solamente corrieron, lucharon y metieron... Pero yo creo que ahí hubo cosas rescatables, sería muy injusto decir solamente se ganó por entusiasmo, o por pantalones, o ya lo dije en otro idioma. Yo creo que hay algo más que eso”.
Celebro esta declaración para volver a afirmar que el mentado “échaleganismo” es un peligroso mito. La noción de que se puede tener éxito echándole ganas en cualquier competencia deportiva, situación socioeconómica o reto personal es una falsedad peligrosa. Se requiere mucho más.
Describo a continuación algunos factores que pueden parecer obvios pero que son fundamentales para lograr el triunfo:
- Dominio del oficio: En este caso fútbol, hablamos de la técnica individual, de la disciplina táctica y del juego colectivo.
- Condición de los jugadores: Estar en plenitud física para poder dar lo mejor en el campo de juego.
- Certeza mental: Estar convencido de lo que se puede lograr y desarrollar creencias sobre la capacidad personal y del equipo.
- Mística de equipo: Tener un buen ambiente, unidad y disposición de aportar cada uno su sello personal para hacer mejor al grupo.
- Estudio del oponente o del reto al resolver: Conocer la situación a la que se enfrenta para adecuarse a lo que debe hacerse en materia táctica y estratégica.
- Liderazgo para incrementar el desempeño: Que quienes guíen al equipo sepan mantenerlo encaminado para que los esfuerzos individuales representen un resultado de sinergia positiva en equipo.
- Resiliencia: Capacidad para adaptarse a las distintas circunstancias para reaccionar de manera óptima ante cambios y situaciones imprevistas.
En resumen, hay mucho que hacer con esas ganas para tener éxito. El poner esfuerzo de forma incorrecta solo perpetúa el fracaso, por eso hay que usar le energía de forma adecuada para emplearla en lo que nos hará mejores para enfrentar los retos y lograr el éxito.
Estimados lectoras y lectores: Echarle ganas, entendido como poner esfuerzo, es un requisito indispensable para cualquier cosa que queramos lograr o emprender. Pero nunca será suficiente. La energía tiene que aplicarse en hacer las cosas correctas y de forma adecuada. Aprender a ser profesionales en el oficio al que nos dediquemos y conquistarnos tanto física como mentalmente para mantener nuestro mejor desempeño. No confundamos la profundidad de la motivación intrínseca que nos mueve todos los días para ser mejores personas con echarle ganas, ya que nunca será suficiente.
"Revitalízate, vuelve a la esencia de lo que te da el éxito"