Édgar Cuenca, un boxeador mexicano que hizo su debut a la edad de 34 años, dejó una impresión duradera en el mundo del boxeo al lograr una victoria sobre el estadounidense Anthony Constantino. Sin embargo, lo que más destacó no fue su triunfo en el ring, sino el emotivo discurso que compartió al final de la pelea.
En un emotivo testimonio, Cuenca expresó su alegría por ganar su primera pelea profesional y reveló su origen humilde como vendedor de dulces en camiones. A pesar de provenir de una familia disfuncional y marginada, su determinación lo llevó a la victoria.
"Lo que pasaba por mi mente era no quedarle mal a todo el pueblo mexicano, porque cuando me enteré que mi rival era de Estados Unidos, pues dije qué manera de debutar", expresó.
Además, Cuenca compartió su lucha contra la adicción a las drogas, un problema que desgarró su familia y lo separó de su esposa. Ella le había asegurado que nunca podría superar sus adicciones, pero Édgar Cuenca demostró lo contrario.
"La drogadicción destruyó a mi familia, tengo dos hijos adolescentes, me dejó mi esposa por ser un drogadicto, alguien de la calle. Me dijo la última vez que me vio, hace ocho años, que yo nunca iba a salir de las drogas. Espero que me esté viendo aquí. Sí salí", comentó el pugilista.
Asimismo, Cuenca compartió que su primer entrenador le había dicho que "nunca sería profesional". Esto lo llevó a cambiar de gimnasio, y a los 34 años, alcanzó su primera victoria en el boxeo profesional.