Noche mágica la que se vivió para los Blue Jays de Toronto luego de que el equipo no solo apabulló, sino que humilló 28-5 a las Medias Rojas Boston para registrar la mayor cantidad de carreras anotadas en un partido en la historia de la franquicia.
Los Blue Jays no anotaron únicamente en el séptimo y octavo rollo, de ahí en fuera llegaron a la registradora en todos los innings incluyendo siete veces en el tercer episodio y 11 en el quinto. En total pegaron 29 imparables, seis de ellos fueron obra de Lourdes Gurriel Jr.
Todos los abridores de Toronto se fueron con por lo menos dos imparables. El mexicano Alejandro Kirk aportó tres hits y dos carreras anotadas.
Nathan Eovaldi se apuntó el descalabro por parte de los Red Sox al lanzar por un espacio de dos entradas y dos tercios en los que permitió ocho hits y nueve carreras. El relevista Kaleb Ort también salió en una noche desastrosa pues en menos de un capítulo completo le pegaron siete imparables y aceptó ocho carreras. En total los Red Sox emplearon siete lanzadores de los cuales solo dos no recibieron daño.
Toronto tomó ventaja de 3-0 en el segundo inning, para el tercero cayó un racimo de siete rayitas, incluyendo un home run de campo de Raimel Tapia, cuatro en el cuarto episodio y 11 en el quinto. Para la sexta entrada los canadienses sumaron dos carreras más y el daño finalizó con una más en el noveno episodio.
Toronto se quedó a dos carreras de igualar el récord de las Grandes Ligas modernas que pertenece a los Rangers de Texas luego de anotar 30 en 2007. En 1897 los entonces Chicago Colts ganaron por tremendo marcador de 36-7 sobre Louisville.