Desde pequeño, Esteban Roacho entendió que del otro lado de la frontera podría tener un mejor futuro como lo hizo su padre. Y así fue. El joven basquetbolista mexicano encontró a unos 2 mil 800 kilómetros de su natal Cuauhtémoc, Chihuahua, la oportunidad más importante de su vida al destacar como el mejor defensivo en un torneo celebrado en Chicago, la ciudad donde Michael Jordan edificó su imperio.
El Basketball Without Borders fue un campamento organizado por la NBA para la detección de talento y aunque el chihuahuense fue la única representación mexicana, no defraudó convirtiéndose en el MVP Defensivo. Su destacada labor llamó poderosamente la atención de Panola College, una de las escuelas más destacadas en el estado de Texas, misma que lo invitó a enrolarse en sus filas.
“Había muchas visorías, muchos entrenadores viéndonos jugar. Ahí es donde me vio el entrenador de Panola College me hizo la oferta, regresé a mi casa, lo platiqué con la familia y llegamos a la conclusión de que esa era la mejor decisión para mí, estamos convencidos de ello”, cuenta Roacho a RÉCORD, quien será el primer mexicano surgido de la NBA Academy que pasa al Junior College.
“Apenas había terminado el juego, se me acercó el entrenador y me platicó un poco sobre la escuela y el programa que tenía y la verdad me interesó mucho, me gustó, es uno de los mejores equipos y está dentro de la mejor liga en Estados Unidos que es la de Texas. Su programa académico es muy bueno, su nivel es muy bueno, igualmente el nivel de basquet. No fue algo en específico sino la suma de todas esas cosas que me convencieron”, refuerza.
Aquel viaje a la Ciudad de los Vientos cambió la vida de Roacho en todo sentido, pues tuvo la oportunidad de reencontrarse con su padre y su hermano a quienes no veía desde hacía siete años debido a que Don Néstor se había ido a Denver en busca de un mejor porvenir, mientras que Esteban se regresó con su madre a Chihuahua.
“Fueron muchas emociones, poder estar con él y que me vea jugar dentro de la cancha. Sin duda es un gran apoyo el que mi familia me vea y ahí están cuando los necesite, entonces cuando lo vi estaba muy emocionado y me alegré de que ellos estuvieran ahí”, comparte.
Esteban Roacho nació el 28 de enero de 2002. Apenas cumplió la mayoría de edad y aún puede estirar esos 1.90 metros de estatura para poder competir con mayor facilidad ante los colosos de las duelas.
“Todavía puedo crecer un poco más con el favor de Dios”, dice Roacho, quien sabe que está en un momento clave para desarrollarse. “Domino bien el inglés, además los de la NBA me han ayudado mucho con el tema de las solicitudes y el tema del inglés, estoy bastante preparado”.
Esteban comenzó a jugar baloncesto a los 12 años, pero siempre estuvo acostumbrado a utilizar las manos, pues antes de inmiscuirse en el deporte ráfaga, era portero de un equipo de futbol con su hermano Néstor.
“Empecé a jugar a los 12 años, yo antes era como todo buen mexicano, futbolero. Jugaba con mi hermano, pero él se salió del futbol y empezó a jugar basquetbol y empecé a ir a sus entrenamientos y a los 12 años empecé a jugar. Tuve la oportunidad de ser parte de su club, jugué varios torneos, en 2017 y 2018 tuve la oportunidad de hacer pruebas para la Academia Conade y quedé en esas visorías”, explica.
En total solo cinco mexicanos han jugado en la NBA, siendo dos de ellos, Eduardo Nájera y Jorge Gutiérrez, oriundos de Chihuahua como Roacho.
“Estamos más pegados al norte del país, en la frontera con Estados Unidos, aquí se juega muchísimo el basquetbol y creo que es el deporte que más se juega en el estado. Todos los entrenadores y jugadores se llevan bien y nos apoyamos entre todos”, zanja.