Los Rams de Los Angeles llegaron a la ciudad de Atlanta para experimentar lo que significa ser parte de la fiesta del Super Bowl.
Ninguna palabra los caracteriza más que la inexperiencia, apenas cuatro jugadores en el roster de 53 tienen experiencia jugando el Super Bowl y saben todo lo que rodea a la semana de mayor atención de la NFL.
Sean McVay, el coach de los Rams tiene apenas 33 años de edad, es 33 años menor que Bill Belichick, ocho años menor que Tom Brady, es menor que varios jugadores de su plantilla, será el entrenador más joven en la historia en dirigir a un equipo de Super Bowl y de ganarlo, dejará el listón muy bajo (en edad) para que alguien lo pueda igualar.
Uno de los jugadores que tiene experiencia es el receptor abierto Brandin Cooks, quién el año pasado jugó pocos minutos en el Super Bowl LII con los Patriots, antes de salir conmocionado en el primer cuarto y perderse el resto del partido. Cooks mencionó en el Super Bowl Opening Night que McVay ha platicado con él sobre su antiguo equipo y que él aportará todo lo que sea necesario para ayudar a su nuevo equipo a ganar su segundo título en la historia.
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McVay, asediado por la prensa, enfatizó que para equilibrar la inexperiencia se requiere una preparación adecuada.
“Si logramos preparar y ejecutar de manera correcta, la inexperiencia no será factor”, mencionó.
Aaron Donald, el mejor defensivo de la liga, mencionó que la falta de experiencia en esta clase de partidos no debería pesarle a los Rams, él sabe que es un pieza muy importante para el éxito de su equipo y que si no logra presionar a Brady, como no lo hicieron los Chargers y los Chiefs, las posibilidades de ganar son pocas.
La primera presentación de los Rams ante los medios fue una clara muestra de la mentalidad de este equipo joven, de tener claro todo lo que transmite Sean McVay, que pese a respetar a su rival por lo que significa, conoce su capacidad y sabe que la juventud puede ser la clave de la victoria.
