Se llevó un susto. Pep Guardiola vivió un momento de suspenso al final del partido entre el Manchester City y el Borussia Dortmund, pues pensó que el árbitro lo iba a expulsar, pero le sacó la amarilla y le dio un abrazo.
Y es que Pep reclamó una jugada, con un gesto muy molesto y gritando, después de unas señas, el silbante se llevó la mano al bolsillo, pensando en que sería roja, Guardiola le iba a decir que no.
Cuando vio la amarilla, el entrenador español se animó por abrazar al colégialo, pues pensó que vería la roja directa y perderse el partido siguiente del Manchester City en la Champions League.
De inmediato, el video empezó a ser viral en redes sociales, pues lo que hizo Pep Guardiola fue único de su personalidad, primero gritando y después pidiendo una disculpa para no recibir la roja.
Al final, los Citizens vencieron al Dortmund tras remontar 2-1, el gol de la victoria de Erling Haaland, quien hizo válida la ley del ex y terminó por encajar una diana a su antiguo equipo, misma que no celebró.