La leyenda cobró vida. El concierto de The Legend of Zelda: Symphony of The Goddesses estremeció por completo a los miles de aficionados que se dieron cita en la Arena Ciudad de México para presenciar un auténtico recorrido musical a través de los 30 años del videojuego creado por Nintendo.
Bajo la batuta de la directora Kelly Corcoran, la orquesta sinfónica interpretó las piezas más representativos de la saga, llevando a todos los espectadores en un vaivén de emociones, pues con cada pieza revivían momentos épicos de las diferentes aventuras de Link para salvar al mundo.
Desde horas antes de que comenzara el acto, los alrededores del inmueble empezaron a colorearse principalmente de verde, pues los fans llegaban ataviados con la túnica del mítico héroe de Hyrule, y otros más se hicieron presentes con elaborados disfraces de personajes como Zelda, Sheik, Tetra y hasta un Skull Kid.
El viaje de recuerdos inició con un medley de los temas principales de Ocarina of Time, The Windwaker, Skyward Sword entre otros. Poco a poco, las melodías envolvían más al auditorio; lo mejor de Twilight Princess, A Link Between Worlds, Spirit Tracks y Triforce Heroes hicieron que los fans rememoraran los acontecimientos más legendarios de dichos títulos.
En grandes pantallas eran emitidas escenas distintivas de los diferentes videojuegos, las cuales eran musicalizados por la orquesta con una perfecta sincronía. Esa unión entre imágenes y música en vivo provocaba que los asistentes pudieran experimentar las hazañas de Link en carne propia.
Los medleys de Ocarina of Time, Majora's Mask y A Link To The Past fueron de los más ovacionados por el público, que vitoreó a los músicos con cada uno de los temas que interpretaban de forma magistral, ayudado por la buena acústica de la Arena.
Symphony Of The Goddesses volvió a cimbrar los corazones de todos los presentes, gracias a las composiciones hechas por Koji Kondo para la franquicia. Cada título de The Legend of Zelda es una aventura impresionante y, sin su música, la leyenda no estaría completa; por ello, con tan sólo escuhar los arreglos sinfónicos, nos podemos transportar al mundo del genio Shigeru Miyamoto.