La esgrimista Paola Pliego, quien fue marginada de Río 2016, aseguró que recibió una llamada sospechosa en la que le exigían no abrir la prueba B con la que se comprobó que su dopaje fue un error del laboratorio de Conade.
"La noche del 3 de agosto, recibí una llamada respecto del cual, por recomendación de mis abogados, prefiero reservar la identidad, en la que se me recomendó no me presentara a la apertura de mi prueba B y que la pospusiera el mayor tiempo posible, lo cual nos pareció muy extraño.
"Estando segura de que nunca ingerí dicha sustancia hice caso omiso a las recomendaciones dadas y procedí con la apertura de la muestra B, la cual lamentablemente también supuestamente dio positivo a la sustancia modafinil en el laboratorio de Tlalpan", expuso Pliego.
La deportista, quien buscará el sueño olímpico en Tokio 2020, aseguró que la Federación Mexicana de Esgrima nunca se puso en contacto con la internacional, ni con la Confederación Panamericana para abogar por ella.
La FIE profundizó la investigación, solicitó la prueba A a cual enviaron al laboratorio de la Agencia Mundial Antidopaje (WADA) donde se demostró que no había rastro de la sustancia prohibida por la que Pliego quedó fuera de Juegos Olímpicos.
"No me siento contenta (con el resultado) de todas maneras por lo que trabajé toda mi vida ya me lo quitaron y no hay nada que lo pueda regresar. Entonces me siento aliviada de que la gente sepa que nunca lo hice", declaró.
Una vez que la WADA ratifique la exoneración, Paola aseguró que dará los detalles sobre la investigación y el error en las muestras. Mientras que su madre Holda Lara, declaró que buscará ser la presidenta de la Federación Mexicana de la especialidad para terminar con la falta de apoyo, las represalias e injusticias en contra de los deportistas.