La euforia por el regreso de la Fórmula 1 a México dejó huérfana en su momento a la sucursal de la serie NASCAR en territorio mexicano. El frenesí de los patrocinadores por la máxima categoría se desbordó a tal grado que en 2016 no se disputó el campeonato, un golpe letal tanto para pilotos como para todo el personal, que en marzo pasado se vieron en ese mismo espejo de incertidumbre cuando la pandemia obligó a suspender el inicio de la temporada.
El campeonato estaba programado para arrancar el fin de semana del 28 al 29 de marzo, pero la emergencia sanitaria por el brote de coronavirus impidió su comienzo. Desde entonces el tiempo comenzó a parecer eterno para cada miembro de los diferentes equipos, cada palpito de las manecillas del reloj se volvió una tortura hasta que por fin vieron la luz entre las penumbras con el anuncio del nuevo inicio de la contienda.
“Es una alegría inmensa, ya que teníamos ocho meses sin tener noticias, sin saber qué iba a pasar y sin estar arriba de un coche”, dice a RÉCORD el piloto Rubén Pardo, quien confiesa haber vivido horas difíciles durante la contingencia. “Fue bastante complicado, fue algo a nivel mundial terrorífico. Primero por la salud de toda la gente, después de cómo se ha parado la economía en el país por todos lados”.
Y es que la pandemia por COVID-19 no solo cobró la vida de miles de personas, pues debido a las medidas extremas de distanciamiento social, fracturó la economía mundial causando un efecto dominó que terminó por sacudir la NASCAR México. Es por eso que ante la transición llamada nueva normalidad, la organización determinó fijar el 9 de julio en el Eco Centro de Querétaro como el epicentro del nuevo comienzo del campeonato, pero esta vez sin un solo aficionado en las tribunas.
“Me hubiese encantado que regresáramos de lleno con el público, con la afición que también esperaba las carreras. En esta ocasión no van a poder estar a nuestro lado, pero vamos a tratar de mantenernos activos por todos los medios posibles para tratar de que se sientan en la pista y así disfruten de esta primera fecha. Es mejor regresar de esta manera para poder encontrar el ritmo en el campeonato”, comenta Rubén Rovelo, otro experimentado volante.
Ya las inclemencias de la naturaleza han provocado que en el pasado las gradas luzcan desérticas, como la temporada pasada en Guadalajara, cuando la lluvia obligó a que se postergara al día siguiente, en lunes, ya con el óvalo prácticamente vacío al ser día laboral.
Las próximas tres carreras programadas serán a puerta cerrada, por lo que los conductores revivirán viejos episodios de sus trayectorias a bordo de un auto, cuando han tenido que manejar sin el apoyo de la afición.
“En go-karts muchas carreras eran prácticamente sin público, solo con la gente que iba a participar y tenemos alguna referencia, como en categorías de fórmula donde no iba tanta gente y al fin y al cabo siempre había algunos. Esta vez no nos tocará salvo con gente de nuestros equipos”, remembra Giancarlo Vecchi.
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