Maya Brady, la shortstop del equipo de softbol de UCLA, está lista para disputar la Serie Mundial Universitaria Femenina de Softbol, continuando así con la tradición de excelencia atlética de la familia Brady. Reconocida como una de las mejores jugadoras de softbol colegial, Maya ha tenido una carrera destacada con UCLA.
Brady ocupa el segundo lugar de todos los tiempos en UCLA con 71 jonrones en su carrera. Además, ha sido nombrada All-American en tres ocasiones y ha recibido el galardón de Jugadora del Año de la Pac-12 por segundo año consecutivo. En su última temporada con los Bruins, Maya está bateando un impresionante promedio de .436, el mejor del equipo, y ha acumulado 17 jonrones.
"Es un honor continuar con el legado del apellido Brady", dijo Maya. "Mi familia es todo para mí".
Este fin de semana, Maya buscará extender ese legado al liderar a las Bruins, cuartas preclasificadas, en el juego de eliminación contra Stanford, octavo preclasificado. Más allá de la universidad, sus ambiciones no se detienen. Maya espera seguir los pasos de su madre y competir para el equipo de softbol de EE. UU. en los Juegos Olímpicos de Verano de 2028 en Los Ángeles. Su madre, Maureen Brady, jugó para el equipo olímpico júnior de EE. UU. en 1991 antes de inscribirse en Fresno State.
Maya reconoce las altas expectativas y la atención que conlleva llevar el apellido Brady, pero también valora el apoyo incondicional de su tío Tom, a quien considera una figura paterna. "Tengo una relación increíble con mi tío", comentó Maya. "Y creo que eso me quita esa presión porque sé que, al final del día, si no cumplo con los estándares de lo que la gente cree que debo hacer, a él no le importa. Para mí, eso es todo lo que importa".
Mientras Tom Brady hizo famoso el nombre, fue Maureen quien inició el legado deportivo de la familia. Ahora, tres décadas después, Maya tiene la oportunidad de agregarle aún más brillo a ese legado.