Rafael Nadal bebió del Guaje de Campeón las mieles de la gloria en el Abierto Mexicano de Tenis. Pero en un simple parpadeo, el brote de coronavirus sacudió al deporte blanco y arrasó con el calendario que tras más de 150 días recién reanudó su actividad, pero sin público en las tribunas. Con el tiempo a su favor, el ATP 500 del puerto espera poder tener al menos al 50 por ciento su aforo en 2021, un golpe de suerte como cuando por cuestión de días pudo terminar sin contratiempo su última edición antes de la pandemia.
El manacorí, ganador de 19 cetros de Grand Slam, redondeó una noche perfecta en Acapulco el pasado 29 de febrero. En aquel entonces eran incalculables los estragos que causaría el coronavirus, que a su paso canceló por primera vez desde la Guerra Mundial el Abierto de Wimbledon, entre otros más, y puso de cabeza a las autoridades sanitarias de cada rincón del orbe. El río parece retomar su cauce y el AMT se enfila a salir prácticamente sin contratiempos de la catástrofe, con diversos escenarios de acuerdo a la evolución del brote.
“No me la quiero creer”, dice a RÉCORD, Raúl Zurutuza, director del Abierto de Acapulco. “Pero todo parece indicar que sí traemos el Lucky Charm de poder llevar a cabo el torneo. Llevamos varios meses trabajando para ver qué escenarios sí, qué escenarios no, qué escenarios sí nos podemos lanzar, qué escenarios es definitivo o no. Después de mucha chamba tenemos los cuatro escenarios donde nos sentimos cómodos y donde podemos pensar que las cosas pueden salir muy bien”.
La esperanza del torneo de tenis más importante de Latinoamérica se centra en el semáforo epidemiológico, mismo que en la costa guerrerense se encuentra en anaranjado, cada vez más cerca de diluirse que de volver a un estado de emergencia. Por lo que de entrada, el panorama es vender el aforo para una capacidad del 50 por ciento de afición.
“Guerrero está ya en semáforo naranja desde un rato, lo que nos han comentado es que están más cerca de llegar a amarillo que rojo. Eso es un buen mensaje, si eso sucede es probable (y eso es más un deseo que una probabilidad) que se mueva a semáforo verde durante la semana del torneo o el mes del torneo, es una probabilidad, pero como decía un amigo mío, entre la probabilidad y el deseo hay mucha diferencia”, explica el directivo.