Tannehill, cerca de jugar un Super Bowl en Miami, y no con Dolphins
Lo que hace un año parecía impensable está a punto de suceder: Ryan Tannehill está a sesenta minutos de disputar un Super Bowl en Miami pero no con los Dolphins.
En el 2019, los Delfines tuvieron una temporada desastrosa, tan, pero tan mala, que pese a haber empezado 0-7, al final se les ocurrió ganar partidos y no pudieron si quiera quedarse con la primera selección del próximo Draft.
Mientras eso pasaba en el sur de la Florida, a mil 314 kilómetros de distancia, en Tennessee, Ryan tenía que asumir un nuevo rol: el de mariscal suplente; sin embargo, al destino le gusta la ironía, y el 'año' en el que el Super Bowl será en el Hard Rock Stadium, es también el 'año' en el que Tannehill, por fin libre de lesiones, llegó al estrellato.. fuera de Miami.
De cara a la Semana 7, los Titanes tenían marca de 2-4, por lo que, decepcionados de Marcus Mariota, los de Tennessee decidieron que el egresado de Texas A&M fuera quien estuviera en los controles.
Parecía que sería otra temporada perdida para los de Mike Vrabel, pero entonces surgió la figura de la campaña: Derrick Henry y su titánica temporada empujaron al equipo hasta los Playoffs; mientras Tanehill, ya sin la presión de ser él quien ganara los partidos, se convirtió en el mejor administrador de juego de la NFL, a tal grado, que terminó con un índice de pasador de 117.5... el mejor de la Liga.
En el 2012, cualquiera que hubiera dicho que el oriundo de Lubbock, Texas lograría disputar un Super Bowl antes que Andrew Luck (pick #1 del Draft de aquel año) o Robert Griffin III (pick #2) habría sido tirado de loco. Hoy, Luck está retirado y RGIII es banca de Lamar Jackson en Baltimore, mientras que Tannehill (pick #8) está por disputar la Final de la AFC.
Ahora, si Tenessee logra vencer a los Kansas City Chiefs de Patrick Mahomes, Ryan Tannehill habrá logrado algo que seguramente soñó cuando entró a la NFL: jugar un Super Bowl en Miami, donde, si esto ocurre, las playeras de Titans serán más azules, pintadas por las lágrimas del cielo floridense que el próximo dos de febrero llorará desconsolado por la ironía.
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