El toletero de los Yanquis, Aaron Judge, aplicó su ley en el Home Run Derby, con una ostentación que fue un calco del despliegue de cañonazos que han marcado su temporada de novato.
Judge doblegó 11-10 al dominicano Miguel Sanó en la ronda final, alcanzando una distancia máxima de 513 pies y demostró su capacidad para mandar la bola a todos los rincones del Marlins Park. Uno de sus batazos envió la pelota varios metros por encima de la enorme escultura con los flamencos rosados, situada en el jardín izquierdo-central.
A sus 25 años, Judge se presentó como el jugador sensación de la temporada, atrayendo todas las miradas. Es la clase de talento que el béisbol de Grandes Ligas se desvive para resaltar como figura emblemática.
“Es el nuevo Derek Jeter”, disparó sin titubeos Chris Archer, el pitcher de los Rays, cuando le preguntaron si Judge es el nuestro rostro del deporte.