Bastaron un par de vueltas en el renovado Autódromo Hermanos Rodríguez para descubrir su más poderosa virtud, la que lo diferenciará del resto de las pistas en el calendario de la Fórmula Uno: su velocidad electrizante. A primera hora, en la Práctica 1, Lewis Hamilton llevó su Mercedes hasta los brutales 362.3 km/h, algo que la máxima categoría no había visto este año.
La larga recta principal del trazado de la Ciudad Deportiva es sólo el anticipo de un recorrido alucinante por el circuito que ayer los autos de la F1 recorrieron en un promedio de 1m22s; apenas se les ve pasar por la zona de pits y en un pestañeo ya vuelan por la recta antes de frenar en la Curva 1 y acelerar de nueva cuenta hacia la recta secundaria.
Con las icónicas 'eses' eliminadas del nuevo diseño AHR, la zona del estadio retrasa poco la marcha antes de que los bólidos empujen de nuevo a tope en otra recta menor antes de la entrada al Foro Sol, que se convirte en un 'pequeño' paseo -ante 30 mil personas- antes de acelerar de nuevo hacia lo que quedó de la Peraltada, tramo llamado ahora 'curva Nigel Mansell', donde todo inicia de nuevo en menos de minuto y medio.
La velocidad marcada por Hamilton batió los 358.3 km/h que alcanzó Kimi Raikkonen en su Ferrari en el Autódromo de Monza, Italia, el legendario 'Templo de la Velocidad'. La F1 puede ir saludando al nuevo rey. Hoy, en la calificación, en las vueltas decisivas y con condiciones de pista seca se anticipa que alguien pueda batir lo 370 km/h, una locura. Tal parece que en el Hermanos Rodríguez pestañear estará prohibido.
