Una vez que las puertas del infierno abrieron por primera vez para darle la bienvenida al plano terrenal a The Undertaker, no hubo vuelta atrás. El terror que este personaje sembró durante tres décadas en WWE lo ha llevado a ser considerado la leyenda más temida del deporte espectáculo. A 30 años de aquel impresionante debut, el ciclo ha terminado y el ‘Hombre Muerto’ volverá a descansar en paz.
Temido, respetado e incluso alabado, The Undertaker construyó la que posiblemente sea la carrera más pulcra en la historia del wrestling. La simple presencia del colosal luchador hacía que la afición cerrara los ojos a la expectativa de las atrocidades que ‘El Enterrador’ era capáz de hacer arriba del cuadrilátero. Una vez que las luces se apagaban y la marcha fúnebre comenzaba a sonar no había escapatoria para aquél que hubiese sido elegido para ser su próxima víctima.
Hablar de Undertaker es hablar del ejemplo más puro que existe sobre Storytelling en la lucha libre moderna. Todo el contexto que envuelve al ‘Rey de las Tinieblas’ describe a la perfección lo que significa crear la expectativa de un combate, la narrativa de una rivalidad y otorgarle al público un espectáculo de principio a fin que pasará a la historia.
Era prácticamente imposible no aterrorizarse con la presencia del colosal hombre de más de dos metros de altura, con la piel pálida como si se tratara de un fantasma o un ente que deambula entre la vida y la muerte, y con la única encomienda de llevarse al más allá a sus rivales, a como diera lugar.
Millones de jóvenes en todo el mundo crecieron temiendo al simple nombre de The Undertaker, el solo escuchar la campana que anunciaba su llegada hacía que la piel se erizara, lo enigmático del personaje marcó a más de una generación de aficionados al wrestling que despedirán a su máximo ídolo este domingo en Survivor Series, cerrando así el ciclo exacto de las tres décadas de vida del ‘Hombre Muerto’.
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