En el sector independiente, Cristero es una de las jóvenes promesas de la lucha libre mexicana que más ha destacado debido a su talento y el ángel de su personaje, sin embargo, no todo ha sido fácil en su vida, ya que antes tuvo que sufrir una vida llena de carencias y tristezas.
Originario de Zitácuaro, Michoacán, el gladiador vivió la separación de sus padres a la edad de 12 años, esto lo dejó marcado y le dio la valentía y el coraje necesario para tomar la batuta de su familia y sacar adelante a su mamá y a sus hermanos.
El integrante de Lucha Libre CM, formó una familia a la edad de 15 años, posteriormente, decidió mudarse a la Ciudad de México e ingresar a trabajar a la Central de Abastos pelando tomates. Mientras que su papá estaba trabajando como luchador en empresas independientes de nivel amateur.
“Cuando ya tenía a mis tres hijos, me separé de su mamá, duré con ella diez años; en ese transcurso yo llegué a un grupo de cuarto y quinto paso de alcohólicos anónimos, porque tomaba desde muy temprana edad, me gusta mucho y me quedo a ayudar”, relató el enmascarado en entrevista para RÉCORD.
Cristero planeó una cita en familia con su papá y sus hijos a una función de lucha libre en la Arena México, momento exacto en el que sus vástagos se enamoran de este deporte y lo convencen a que incursione en el mundo de las llaves y los candados.
Gracias a su mascarero, Miguel Ruiz, Cristero conoció a Valiente y este lo invitó a entrenar a su gimnasio, ahí comenzó sus pininos en el arte del pancracio. Actualmente, tiene eventos con la promotora independiente Lucha Libre CM, pero sin perder el objetivo de estar pronto dentro del roster del Consejo Mundial de Lucha Libre.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR - SHOCKER CAUSÓ POLÉMICA TRAS AGREDIR A AFICIONADO QUE QUERÍA UNA FOTO