El maratón de Abebe Bikila en Roma 1960: Una victoria descalza que hizo historia
En los Juegos Olímpicos de Roma 1960, un corredor etíope llamado Abebe Bikila sorprendió al mundo al ganar el maratón descalzo. Esta hazaña no solo lo convirtió en el primer africano en ganar una medalla de oro olímpica, sino que también marcó un hito en la historia del deporte y del continente africano.
En 1960, Etiopía aún era un país emergente en la escena internacional, tanto en el ámbito deportivo como en el político. La participación en los Juegos Olímpicos era una oportunidad para mostrar al mundo la resiliencia y el talento del pueblo etíope. Abebe Bikila, un soldado del ejército, fue seleccionado para competir en el maratón, una prueba que se corría por las históricas calles de Roma, culminando en el Arco de Constantino.
Abebe Bikila: El inesperado contendiente
Nacido en 1932 en Jato, Etiopía, Abebe Bikila se unió al ejército etíope, donde comenzó a correr como parte de su entrenamiento. Descubierto por el entrenador sueco Onni Niskanen, Bikila fue seleccionado para el equipo olímpico. Sin embargo, su participación en Roma fue casi accidental: Bikila reemplazó a un compañero lesionado y apenas dos días antes de la carrera, decidió correr descalzo después de que sus zapatos nuevos le causaran ampollas.
El inicio del Maratón: "Corriendo con orgullo"
El 10 de septiembre de 1960, Bikila se alineó junto a los demás corredores, descalzo y determinado. La carrera comenzó y pronto se hizo evidente que Bikila no solo estaba allí para participar, sino para competir seriamente. "Sabía que tenía una misión: mostrar al mundo que mi país, Etiopía, podía ganar", diría Bikila más tarde.
La estrategia: "Paciencia y perseverancia"
Bikila mantuvo un ritmo constante, permaneciendo en el grupo de cabeza durante gran parte de la carrera. Su estilo fluido y su resistencia comenzaron a destacarse a medida que avanzaban los kilómetros. La multitud romana, inicialmente sorprendida por su falta de calzado, comenzó a animarlo cada vez más. "Sentía la energía de la gente y el peso de la historia bajo mis pies descalzos", recordaría Bikila.
El momento decisivo: "Pasando al liderato"
A pocos kilómetros del final, Bikila hizo su movimiento. Pasó al maratonista marroquí Rhadi Ben Abdesselam, tomando la delantera con una determinación inquebrantable. Con el obelisco de Axum, símbolo de la ocupación italiana de Etiopía, como telón de fondo, Bikila corrió hacia la victoria, convirtiéndose en un símbolo de resistencia y orgullo para su nación.
La victoria: "Un nuevo héroe africano"
Abebe Bikila cruzó la línea de meta con un tiempo de 2 horas, 15 minutos y 16.2 segundos, estableciendo un nuevo récord mundial. Su victoria descalza fue un acto de valentía y humildad, y cuando se le preguntó por qué había corrido sin zapatos, respondió: "Quería que el mundo supiera que mi país, Etiopía, ha ganado siempre con determinación y heroísmo."
El impacto y el legado de Abebe Bikila
La victoria de Bikila en Roma 1960 tuvo un impacto profundo, no solo en Etiopía sino en todo el continente africano. Se convirtió en un símbolo de independencia y esperanza en una época de descolonización y lucha por los derechos civiles. "Bikila demostró que con valentía y determinación, cualquier obstáculo puede ser superado", dijo su entrenador Onni Niskanen.
La repetición de la hazaña: "Tokio 1964"
Abebe Bikila no solo se conformó con su victoria en Roma. Cuatro años después, en Tokio 1964, ganó nuevamente el maratón, esta vez calzado y con un tiempo aún mejor, convirtiéndose en el primer atleta en ganar dos medallas de oro consecutivas en el maratón olímpico.
La historia de Abebe Bikila en los Juegos Olímpicos de Roma 1960 es una de las más inspiradoras en la historia del deporte. Su victoria descalza es un testimonio de la fuerza del espíritu humano y de la capacidad de superar cualquier adversidad. Abebe Bikila no solo ganó una carrera; ganó el corazón de millones y dejó un legado que continúa inspirando a atletas y personas de todo el mundo.