Un niño residente de la comunidad de Katy en Texas, se llevó una sorpresa poco grata, al descubrir que en el refresco que tomaba flotaba una rata la cual no dejaba salir el liquido.
El menor fue llevado inmediatamente al pediatra por su abuelo para que se le realizaran estudios de sangre y orina, y así descartar alguna enfermedad.
Al hacer la denuncia a la fábrica refresquera, esta pidió que le enviaran la botella para analizarla, sin embargo la familia del infante decidió mandarla a examinar antes de que alguien más pudiera alterarla.