Afuera del Metro General Anaya siempre hay una larga fila esperando el transporte.
No es porque falten unidades de la Ruta 34, sino porque todos se quieren subir en el rotulado con el número 87, mejor conocido como el Microbús del Rock.
Adornado con banderas británicas y logotipos de los Rolling Stones, este pesero destaca del resto porque no toca cumbias o corridos, sino puras rolas del emblemático grupo, un templo rodante dedicado a ‘sus satánicas majestades’.
José Eduardo Cortés es el conductor de ese microbús que todos los días recorre de las estaciones General Anaya y Ermita a San Ángel y Santo Domingo, pasando por el centro de Coyoacán; en el interior hay tres pantallas, luces, una docena de bocinas y es más cómodo que ningún otro en la ciudad.
El fanatismo de José fue heredado de su padre, que también se llama José Cortés, quien hace 20 años trabajó en un restaurante de Nueva York al que un día fue a comer Mick Jagger.
Él le preparó una ensalada y desde ahí se apasionó por los Stones, los mismos que hoy tocarán en el Foro Sol.
El micro del rock, a pesar de todo el equipo que trae, nunca ha sido asaltado, porque todos en Santo Domingo, una de las zonas más peligrosas de la ciudad, conocen a los Cortés, que son vecinos de ahí y el barrio los respalda.
El único problema que enfrenta esta unidad es el tiempo, pues debería ser reemplazada por de modelo más reciente para dar mejor servicio, pero como el motor también lo traen bien enchulado puede seguir prestando servicio sin que ninguna autoridad se lo impida.
“Lo único que se hace en las revisiones es desmontar todo el equipo. Ya nos la sabemos y todo se quita y se pone en un ratito”.