Es posible que recorrer 3 mil metros en 2 horas y 6 segundos no parezca un reto demasiado complicado, pero todo cambia si se piensa que esos tres kilómetros no son la distancia total, sino la altitud de la montaña que hay que ascender en el Red Bull K3.
Esta prueba es un examen inclemente para la fuerza, la resistencia y la mentalidad. Cuando las distancias son cortas en este tipo de competencias, suelen traducirse en sprints salvajes desde la mismísima línea de salida, pero el Red Bull K3, la primera carrera vertical de 3 mil metros, exige una estrategia bastante diferente.
El ganador de esta prueba fue Marco Moletto, y él mismo explica la atracción que ejerce una carrera tan dura que te deja las piernas de madera.
"A mí me encanta llegar a la cima y disfrutar de la vista sabiendo que he tardado en subir la mitad de tiempo que necesitarían otros. Siento la necesidad de ir más rápido, de superarme a mí mismo, de hecho, el año que viene tengo la intención de mejorar mi marca", aseguró.
Moletto asegura que en este tipo de pruebas tan exigentes marcarse un ritmo inadecuado significa arriesgarse a no llegar a la meta y mentalizarse para no dejarse vencer por el cansancio es una parte crucial para conseguir terminar el recorrido.
"Hay secciones con cuerdas de seguridad y tienes que guardarte algo de energía en la reserva para descender tras acabar la carrera. Cuando estás agotado, el recorrido se vuelve peligroso. A fin de cuentas, es terreno montañoso, con todos sus riesgos" mencionó el atleta en referencia a los riesgos del ascenso.
Las carreras verticales son un subgénero muy específico del trail running o sky running, y una de las especialidades más duras para el físico de los atletas.